Por una política de escala humana

15 agosto 2020

Me siento ante el blog con la intención, una vez más, de retomarlo. Es un blog añejo, de 2006, que gente a mi alrededor me aconseja enviar a la basura y comenzar algo radicalmente nuevo. Contiene, además de los visibles intentos por aportar un poco de mis ideas, pensamientos y proyectos, un archivo ingente de entradas no publicadas, en borrador, la mayoría de los últimos 5 años. Todos esos momentos en los que lo aprendido, reflexionado y digerido se topaba con la exigencia (autoimpuesta) tanto para conseguir un nivel de calidad que el tiempo disponible no permitía como por el escrutinio público al que estaba siendo sometido (la exposición pública es lo que tiene). Tampoco lo llamaría autocensura, porque no la tuve por ejemplo en las redes sociales que sí me permitían esa brevedad, pero sí un ejercicio de exagerada reflexión. Como se suele decir, no digas nada que no mejore tu silencio.

Ayer comencé como alcalde de Loporzano, y el posible camino a seguir es que podría olvidar mi propia historia y adaptarme a la situación, como tantas veces he visto en los políticos profesionales, que incluso llegan a mantener criterios radicalmente distintos en función de en qué institución están (cómo olvidar a ese Arias Cañete-Ministro frente al Arias Cañete-Comisario europeo de Acción Climática), por no hablar de los que cambian de ideología (justificándolo en el cambio de edad ¿?) o partido. Y aunque totalmente legítimo, como lo sería hacer borrón y cuenta nueva en cualquier momento de la vida y ejercer el derecho al olvido, porque todos evolucionamos y cada cual a su ritmo, prefiero seguir trazando la senda manteniendo los puntos. Iré sacando aquellas reflexiones maduradas con el tiempo y enriquecidas por esta nueva experiencia: una política directa, inmediata y cuyas consecuencias se viven en carne propia; una política de escala humana.

A quienes estos días me habéis hecho llegar vuestro apoyo, gracias. Toca currar, mucho, pero también cuidar la parte humana, y se necesita mucho cariño para construir un mundo más amable y con menos egoísmo, que es lo principal para lograr el ideal apoyo mutuo. Un abrazo fuerte.

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