Manual para cenas de navidad con la que está cayendo

16 diciembre 2012

Anoche acudí a una cena de amigos, cosa de las fechas. En el nutrido grupo había amigos de más de una década, parejas y falimia, todas personas a quienes la vida -y que Huesca es pequeña- había ido colocando en posiciones incluso antagónicas, hasta el punto de que algunas eran curtidas sindicalistas o activistas y una de ellas, un cargo público del Partido Popular.
Podrás imaginar que la tensión se palpaba nada más entrar, y yo, que iba como acompañante, tuve un par de momentos-dilema. Como estoy seguro de que este tipo de cenas (quizás no tan directas) sucederán en muchos hogares, quizás te puedan resultar útiles estas notas. Diferenciaré entre:
  • "Amigos": Los que tienen una relación permanente o histórica. Tienen vínculo entre ellos. En concreto, el amigo cargo del PP será "A".
  • "Externos": Acompañamos, nuestro vínculo es principalmente con alguno de los amigos o con un externo de uno de los amigos.
Sucedió que ya durante la cena, uno de los externos se marchó al no poder soportar la presencia de A. Se sentía hipócrita al tratarlo como si no ocurriera nada fuera de la cena. Su pareja (un amigo) se quedó, y llegando al final tras un Amigo Invisible que abría boca al tema, explicó la marcha del primero e inició lo que era inevitable: que era decirle a A lo mal que lo estaban pasando, dada su implicación. Luego, el resto de amigos y algún externo siguió su argumentación, otros no, y A dijo que acudía a una cena de amigos y que diferenciaba entre eso y la política. Todavía es pronto para saber el final de la historia.

Mis notas sobre lo que ocurrió allí:
  • Para empezar, no se trata de diferenciar entre la persona y lo que hace. Eso es ser mal amigo (para amigos) o hipócrita (para externos).
  • Había que entender que la situación es radicalmente distinta desde el punto de vista de un amigo o de un externo.
Los amigos tenían la obligación de transmitir, como amigos, lo que sentían sobre lo que A hacía (y nada más), o callar (esta era la mala opción). Como dijo el amigo que inició la sucesión de palabras, no podía dejar de ver a A, su amigo, en la figura del verdugo, y necesitaba decírselo o dejar de ser su amigo. Haber tapado esto no era bueno para las relaciones del grupo.
Sin embargo, los externos (que sí podíamos elegir ver encarnados los recortes del PP en A) pudimos escoger entre tres posturas, que efectivamente se dieron:
  1. Soltar nuestro speech sobre la política del PP, participando en transformar aquella reunión de amigos en un juicio popular (y dada la proporción 18:1), en un ataque sin piedad).
  2. Irnos, dejando a nuestro amigo solo pero evitando tanto el conflicto anterior (por respeto a que A es amigo de nuestro amigo) como, por lo mismo, aguantar en la tercera opción.
  3. Quedarnos, y confiar en que fueran sus amigos -cuya crítica A no sentiría como un ataque- quienes le transmitieran su sufrimiento.
Aunque no todo el mundo vio esta tercera opción, dado que el grupo era mayoritariamente de amigos, la situación fue la de compartir sus sentimientos. Sólo espero que A entienda tanto lo que hicieron sus amigos como amigos suyos que son, como lo que hicimos quienes no lo somos; y que como la mayoría hicimos reflexione sobre el efecto que él tiene sobre lo que sienten los demás.
Yo elegí la tercera opción, y aproveché un momento anterior de tú-a-tú para decirle a A lo que creía, en lugar de aprovecharme de la mayoría del grupo. Considero igualmente válida la postura 2, pero reconozco que hubiera criticado de ser mayoritaria a quienes sostuvieran la 1. ¿Y tú, qué hubieras hecho?.

2 comentarios:

HombreRevenido dijo...

Me gusta el post. Es una reflexión interesante y muy respetuosa.

Para mí, la opción más correcta es hablar las cosas cara a cara y en privado. Siempre. Con normalidad.

Y por encima de todo, antes de criticar a nadie, examinar nuestro propio corazón. Porque buscar culpables es siempre una forma fácil de eludir la propia responsabilidad.
Y algo de eso hay también en la situación que vivimos.

Jorge Luis dijo...

Estoy de acuerdo, aunque a veces los problemas de un grupo deben tratarse en grupo (realmente creo que es preocupación por esa persona), y que cada cual sea crítico con cuál es su responsabilidad en cada situación, tanto para hacer crítica como para saber si es el más adecuado para hacerla.

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