Igual que hay empresas que no me explico cómo diablos rentabilizan sus recursos también me pregunto cómo algunos productos pueden llegar a ver la luz. ¿Nunca se han imaginado al ver una de esas monstruosidades de cualquier todo a 100 a qué público va dirigido el producto?, ¿o si se trata de un producto viral, de alguna forma muy rebuscada?, ¿quizá las cifras de su sección de márqueting cuenta con la población de los sanatorios mentales?, ¿quizá reivindican un nuevo movimiento contracultural?. No lo sé, pero la cuestión es que esos productos existen, y cuando la tecnología se mete de por medio, una muñeca folclórica USB es lo más suave que te puedes encontrar.
Memorias USB indestructibles. Los ensayos de resistencia son dignos de ver. Con lo facil que es no pasarles por encima con el camión...
Memoria en forma de hueso. Perfecta para los que tienen perro y quieren indigestarlo.
Teléfono movil para perros. Con GPS. Sólo le falta la cámara.
Un cubo de basura con apertura láser. Sí, no se vacía, sólo consume energía para abrir la tapa, pero aun así te costará 332 eurazos más gastos.
Cinta para los mandos en la cabeza. Una especie de corona para el rey del mando.
Y todo ésto que no sirve para nada sin tener que enlazar a ningún artista, que se llevan la palma.
En el otro lado están aquellos artilugios que SÍ son útiles. Como los despertadores. Porque nada afina más el ingenio que reconocer las propias debilidades, como el quedarse dormido. Ante ésto, dos ejemplos:
Despertador-puzzle. Al llegar la hora lanza las piezas por la habitación. Para pararlo tendrás que buscarlas y recomponer el puzzle.
Despertador-bomba. Explosiones para levantarte. No cesarán hasta que halles la convinación correcta (que se modifica aleatoreamente cada día).
Pero sin duda mis preferidos son los que corren por toda la habitación, tipo éste. Dentro vídeo friki.
¿Cumplen?, sin duda. Ahora, el genio con que te despiertes es otra cosa.
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