Tiempos difíciles

22 diciembre 2006

Primero nos guiamos por el Sol, más tarde el ingenio puso un palo en el suelo y empezó a fraccionar el día que por milagros de la ingeniería se transformaron en horas, minutos, segundos... cambiaron las formas, se modificaron los códigos, evolucionaron las técnicas para dividir más todavía el día; y cuando el asunto roza ya la perfección (relojes digitales más rápidos de leer, sin pilas, más cómodos, en muchos casos un avalorio más que un indicador del paso del tiempo) suele suceder que la entropía, no sabiendo ya qué más complicar, hace que la situación degenere.
Y así es como empresas como Tokyo Flash sacan los relojes más extraños, retros y absurdos que se hayan visto (un buen giro al socorrido reloj para estas Navidades, eso sí). Y me rio ahora cuando hace un tiempo me asombraba al ver un reloj binario, pero es que esto...






Por supuesto, los más complicados (los que no obedecen a sistemas numéricos, seas cuales sean) vienen con su manual de instrucciones...

No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto.
-A. Einstein. Y eso que no tenía que leer la hora en uno de estos.

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