Los patitos que escribían mapas

30 agosto 2013

Edición en castellano de la historia
de los patitos (Aguilar, 2012)
Un equipo de oceanógrafos australianos acaba de calcular que para principios de 2014 alcanzarán la costa oeste de EE.UU. los primeros restos de la fuga de Cesio 135 del accidente de Fukushima (bien diluidos, eso sí, tras atravesar el primer océano del planeta, aunque sin dejar de afectar a la vida marina durante 30 años). Sí, se trata de la de 2011, no la que ha sido declarada recientemente y que no deja de ser un suma y sigue en la cuenta de accidentes nucleares.

Pero no, no es eso lo curioso (alarmante sí, pero no curioso). El mismo equipo del Dr. Van Sebille ha creado ADrift.org.au -algo así como "a la deriva"-, una web que recoge los datos de las corrientes marinas y estima grosso modo la pluma de dispersión hidrodinámica, es decir, los rumbos que podría tomar un vertido conocido su origen. Algo tan interesante como educativo para concienciar sobre este sistema cerrado en el que todo vuelve que llamamos mundo.

La idea surgió tras el vertido en el 92 de los Friendly Floatees, unos 29000 juguetes de plástico (entre ellos patitos amarillos) que vieron truncado su viaje desde Hong Kong a Tacoma y se dispersaron por el Pacífico cuando una tormenta abrió el contenedor que los transportaba. La lectura positiva de este vertido en particular es que gracias a su visibilidad, número, flotabilidad y duración dieron una excelente oportunidad de estudiar empíricamente las corrientes superficiales. De hecho se siguen recogiendo datos, porque tras llegar en 2007 a costas británicas, continúan encontrándose y los últimos ejemplares se cotizan a 1000$.

Si la historia te suena, quizás es porque Seat anunció un coche con ella hace un tiempo. Si consigo el libro, que va sobre la expedición, os cuento. Estad atentas quienes vayáis a la playa, quién sabe...

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