Conoce lo que comes

28 enero 2012

Una imagen que ya vi hace un par de años y que alguien se cuelga en el muro. Investigo un poco más lo que entonces creí que sería una broma de mal gusto, y me encuentro con que es cierto. No es helado, son despojos.
"Carne separada mecánicamente" es cómo se llama al procesado de despojos una vez añadidos los colorantes, saborizantes y estabilizantes. Algo que jamás te comerías si supieras qué es.
Snopes.com es una web bien acreditada en cuanto a lo que a leyendas urbanas y si son ciertas o no se refiere. Encuentro su artículo de 2010 en el que, movida por esta foto, analiza esta práctica frecuente en la industria cárnica para salchichas, los nuggets de pollo o, en cierto porcentaje, gran parte de la comida precocinada. Una forma ideada en los sesenta de hacer atractivos tendones, ciertas vísceras y venas mediante colorantes, estabilizantes y saborizantes artificiales. El Servicio de Inspección de Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos lo define como
"un producto con apariencia de pasta o batido producido cuando los huesos que contienen carne comestible, son empujados con alta presión por un colador o aparato similar para separar los huesos de los tejidos comestibles de carne."
 y en la legislación española la AESAN controla su etiquetado mediante el Real Decreto 640/2006. Esta pasta se hace con los restos de cualquier especie (también pescado, los famosos 'palitos de cangrejo') salvo, y desde las vacas locas, el vacuno, y se moldea en muchas formas: barras, bolas, discos e incluso formas de animales.
Sigo buscando y encuentro un reportaje de National Geographic: 'Inside a hot dog' en una visita a una de estas plantas de procesado. Frente a la máquina que mezcla los aditivos, el periodista pregunta por el color real. La respuesta del encargado es concluyente: "gris, muy feo. La gente no lo querría". Obviamente.

Buscando vídeos relacionados, un cocinero que enseña a unos críos americanos de qué están hechos los nuggets. Aunque ven cómo los prepara, la atracción visual final y el condicionamiento previo es tal que acaban por comerse lo que les parece repulsivo. En el mismo programa, el vídeo definitivo:
¿Sabemos lo que comemos?, ¿nos lo comeríamos de saberlo?. Con frecuencia anteponemos el sabor o la apariencia al conocimiento de los alimentos como niños malcriados. Como sociedad, no nos damos cuenta del tremendo impacto de la "cultura" del consumo sobre la alimentación y lo que debería ser una actividad principal en nuestro día pasa al plano de "mantenimiento para trabajar y poder comprar". Y en ese cambio de prioridades consiste nuestro paso de consumidores a consumibles.

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