Y más triste el presente, viendo cómo la sociedad puede manipular tanto a un pobre crío. Aquí en las plazas no se permite la entrada a niños menores de 14, en méjico les dejan reventar animales.
Y cerca, también dejan (e incitan) cosas como estas:
Qué triste y cuánto por hacer para borrar tantos versos de sangre, porque, te digan lo que te digan, ese futuro que nunca llegaremos a ver no lo cambiarán las generaciones futuras. Lo que nuestros hijos vean, depende fundamentalmente del ejemplo que les enseñemos ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario